Esta galería de autores contemporáneos se creo en 2004

lunes, enero 15, 2007

:::: El amor


Puerto Vallarta, México
Fotógrafo: Arturo Mendoza



Ma. Esther Núñez (México)


Desde muy niño supe que yo era un ser mortal, que cualquier día la gente se enferma y luego muere. O no: se enferma y luego sana para más tarde enfermar de nuevo hasta que una mañana o una noche comprende que ésa será su última enfermedad. Yo estaba apenas convaleciente de un padecimiento leve pero prolongado cuando la conocí. Ella era una chica pálida y relamida que tomaba café en la mesa de junto. No había llamado mi atención hasta que después de terminar su café se puso de pie y se encaminó hacia la puerta con los movimientos rápidos y definitivos de un animal salvaje. Como si su andar no le perteneciera. Al pasar a mi lado percibí el peligro de su pelo, de su olor, pero no pude evitar ir tras ella. Me levanté y la seguí. La cacofonía de la calle crecía ensordecedora mientras, caminando a prudente distancia, veía las salientes óseas de su cuerpo a través de la delgada tela floreada en amarillos. Imaginé su cuerpo largo, duro, hecho de varas delgadas y macizas articuladas en ángulos agudos dando forma a ese enorme insecto que de alguna manera me sometía. Una enfermedad fatalmente dulce despertaba en mi interior.
La joven se detuvo en la esquina a esperar el cruce de los autos. Me paré a su lado y se volvió hacia mí. Le sonreí con discreción, luego miré al cielo en actitud indiferente y dije: parece que va a llover. Ella me devolvió la sonrisa en una mueca que no dejaba lugar a dudas; alzó el rostro hacia la deshilachada musculatura de una nube violácea y en seguida le escuché decir: ¿usted cree?
Lo que en realidad le dije fue: parece que hubieras nacido para encontrarte aquí, hoy, conmigo, anunciándome una lluvia de llanto que, sin embargo, deberé enfrentar. Sé que intentarás matarme, siento tus aguijones de hueso cargados de amor envenenado dirigidos al centro de mi centro. Pero sábelo, voy a luchar. Estoy preparado y sé que sobreviviré.
Lo que ella en realidad contestó fue: ¿Tú crees?
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