Esta galería de autores contemporáneos se creo en 2004

lunes, octubre 31, 2011

Torrencial

Fotógrafa: Amélie Olaiz

Logro

José Luis Vasconelos 
Le tomó años para lograrlo. Pruebas y más pruebas. Cientos de prados y jardines podrían atestiguarlo. Pero esta noche el viejo jardinero estaba feliz, realmente contento. Muy pocos podían darse el lujo de haber sembrado una planta de luz y ver la noche iluminada con sus frutos. 




Rodrigo Ayala
Chimpancé y zoológico, 2010.
Óleo / tela
80 x 100 cm.

el frío de los hombres


Adrián Roman (El Negro)

si es otra vez la puta angustia
mejor ni le abras
aunque llame a chiflidos
aunque lance tostones contra el zaguán
dile que no tienes
no
no tengo nada.
incluso si aparece con su rostro
de buey babeante.
no
ni le abras.
manolo
sé que jode estar en la calle
sin tener a dónde llegar
ni qué hacer
si no pasar una y otra vez
los zapatos flaquitos
por la piel rasposa del dolor
y nada de morralla para un trago
pa’  que lo amargo resbale
como cuerpo desnudo por las manos
ni una bacha que devuelva
la lucidez que perdemos en el exilio del alcohol
sentirse cansado
hambriento
pero sobre todo olvidado
y contagioso
la mugre
la falta de lana
siempre el mismo pantalón
eso espanta a la gente.
ya sé;
querías ser mi padre
pero no te salía
a mí tampoco
no sé ser hijo del hombre
somos parroquianos del mismo fracaso
de afilarle la espada al amigo que mañana nos mata
hijos de la rabia del macho alcohólico
de esos días con cara de
yatodochingóasumadre
cabrón dolor
perro viejo y jodón
perro sordo y necio como sólo dios
sordo, necio y soberbio.
manolo
compadre de profundas
y llegadoras parrandas
hoy no hay jale ni batalla
el parque ya se acabó
te digo que si es la pinche tristeza
mejor vámonos
no quiero andar cargando cascajo-
tienes razón:
pinches viejas que acusaban
y señalaban a tu padre
nada sabían del tuétano de la noche
del frío de los hombres
de estos tragos de a soldado
de despertar y ver el día;
por eso los ojos rojos
y el fresco vómito del desengaño
manolo
hijo del sentimiento
cabrón de fácil llanto
perdona y olvida
a los que borracho
y caído te ignoran.
bien dices: somos escuadrón
de nuestra propia muerte.

martes, octubre 25, 2011



Irene Sanchis
nigella
Mujeres defendiendo una fortaleza.
Engobes sobre barro y después cocido

Omnipotencia bien aplicada

Carlos de Bella

A: DAKY
— ¡Pedro!
—Sí Altísimo, aquí estoy.
—Que me ha salido una callosidad en este dedo y me molesta al caminar, llama a un pedicuro.
—Sí Altísimo—contesta Pedro y se afana en el computador buscando en los listados de “Profesiones y Oficios”; lentamente comienza a palidecer.
—Altísimo, lamentablemente no tenemos ningún pedicuro entre las huestes celestiales.
— ¿Y donde están?
—Pues... en el Infierno.
—Bien, llama a Lucifer y que nos envíe uno.
El Señor ya un poco molesto por la ineficiencia de gestión de sus huestes, ve a Pedro hablar por el teléfono rojo, gesticular y mover la cabeza. Al rato regresa.
—Altísimo, dice Lucifer que los seis pedicuros que tiene allí están muy ocupados en la tarea de arrancar uñas con tenazas ardientes y tienen turnos rotativos comprometidos hasta el 2005. No enviará a nadie salvo que... reciba algo a cambio—dijo Pedro bajando a cada momento la voz hasta quedar en murmullo.
— ¿Queeeeeeeeeeé?—tronó la voz del Señor
—... algo a cambio—repitió Pedro en tono inaudible.
— ¡Olvídalo!
—Sí Altísimo, sí Altísimo.
Pedro miraba al Señor moviendo su cabeza de un lado hacia otro y le oía refunfuñar pero no entendía que decía, tras un largo rato y como acto de su infinito amor para con él, se animó y le dirigió la palabra.
—Altísimo ¿porque no ordenáis que la callosidad desaparezca?
— ¿No crees tú que ello sería omnipotencia?
Pedro dudó un instante y rápidamente contestó 

—Altísimo, si ello fuera para curar un enfermo se diría que fue palabra de Dios.
—Bien, entonces haré como tú dices.
Él alzó su dedo índice, dijo las palabras necesarias, se oyó un trueno y a continuación los ángeles cantaron la Gloria del Señor.

jueves, octubre 20, 2011


Aly de Villers

Laberinto sin salida


Agustín Monsreal

Solo, completamente solo; triste, horriblemente triste; y desgraciado, pertinazmente desgraciado, Lázaro decidió morir.
            Y murió.
            Sin embargo, vino su primo, que según decían era chamán y tenía poderes y andaba haciendo prodigios sin mirar a quién y sin preguntar si la gente quería que los hiciera, y lo revivió.
            Solo, triste y desgraciado, Lázaro ya no soporta más la vida, pero tiene miedo de morir por segunda vez, y de volver a encontrarse con el milagrero de su primo.

Él está vacío



Fotografía de Amélie Olaiz

viernes, octubre 14, 2011

Atrinia

Jorge Borja

Los habitantes de Atrinia guardan una especial veneración por los monumentos. Cada generación de atrinitas erige cientos de ellos en memoria de sus coetáneos más ilustres. La ciudad capital ostenta en su avenida más importante, bustos conmemorativos de las gestas heroicas del año anterior. Provocan admiración y asombro entre los turistas las estatuas que representan a los expresidentes, sus simpáticas familias y su fiel servidumbre, que embellecen patios del Palacio de Gobierno.
En el jardín central pueden encontrarse monumentos dedicados: "Al Transeúnte Anónimo", "A la Suegra Prudente", "Al Político Honesto", "Al Policía Honrado" y a otros héroes desconocidos. Hasta el hogar más humilde de este vasto país tiene estatuas alusivas al cumpleaños, jubilación o fallecimiento de sus moradores.
A ninguna glorieta, plaza o jardín le faltan monumentos, y existe todo un ejército de guardianes especializados en su  cuidado. Para su conservación, los atrinitas, han promulgado una estricta serie de leyes que condenan con multas a quien los ensucie y con cárcel  a quien les inflinja el menor daño.
A pesar de sanciones tan severas, son frecuentes los vándalos nocturnos, quienes armados con mazos y barretas se dedican a mutilar y destruir los monumentos. La policía ha redoblado sus esfuerzos para capturarlos. Los resultados son mínimos en comparación a los destrozos ocasionados por esta turba de antisociales. Se logra sólo la detención diaria de dos o tres, sorprendidos en flagrante delito. El artículo séptimo del código penal de Atrinia los condena de inmediato y  sin apelación, a morir apedreados. Sin embargo y para que no quepa duda alguna de la memoria histórica atrinita, la multitud que ejecuta la sentencia es la encargada de levantar un "Monumento a los Caídos" con las mismas piedras con que los lapidaron.

martes, octubre 11, 2011

Chimpancé y desnudo (Erotismo), 2010.

Rodrigo Ayala

Óleo / madera
120 x 120 cm.

Yo maté a Letania de Moraes

José T. Espinoza Jácome

Eran las fiestas de carnaval en Río. Soy general y desempeñaba entonces una labor de inteligencia en la Operación Masacre para un país cuyo nombre he olvidado.
Ahí la conocí, tierna dulce, sensual. Bailé bossa nova lo mejor que pude. Ella me arrebató de inmediato. Danzaba mejor que Carmen Miranda y canturreaba.
—Papá yo quiero… – fue zureando durante todo el camino al hotel. La desnudé en la penumbra porque así lo quiso. Cuando la deshice de las bragas, la colisión casi me desmaya. Descubrir su miembro viril enhiesto se impuso tanto que sustraje una daga de la bota y se la hundí mil veces en el pecho. Todavía alcanzó a farfullar:
—Te amo.

domingo, octubre 02, 2011

Diálogo

Rodrigo Ayala

Condenaciones

José Luis Vasconcelos

Dicen que para Belcebú -después de escuchar de la hermana de Astaroth que jamás pasaría de ser un pobre diablo-, la vida se le ha vuelto un infierno.