Jorge S. Luquin
Es mi corazón un cazador solitario
Carson McCullers
Nunca he sabido disuadirlo.
Yo quisiera sólo coger, comer y dormir
pero siempre termina llevándome
entre calles y libros.
Algunas noches me susurra al oído
que busca al espíritu.
La primera vez, me reí de él,
pero después me lo dijo llorando.
No supe qué decirle, me arrastró en su silencio.
Lo he visto brincar y saltar como niño
ante un aforismo y conmoverse con Gautama.
Le he mostrado mujeres hermosas y voltea
distraído.
Le he ofrecido del sexo de las putas y se ríe
melancólico.
Le he brindado del humus del alcohol y canta
jubiloso.
Prefiere la soledad, el silencio.
Se agazapa, observa desde su cueva
de huesos y carne ansiosa;
siempre listo para saltar sobre lo etéreo
contempla lo insondable, el misterio
y corre en pos de lo intangible.
Así es él. Vivimos distanciados.
1 comentario:
Muy buen poema, discursivo, claro y conciso en sus filamentos.
Un gusto haberte descubierto.
Saludos...
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