Carlos de Bella
Si pasabas el camello por el ojo de la aguja, difícil pero posible, obtenías 5000 puntos; al volver a hacerlo 50000 y así crecía sucesivamente, cada vez más complicado. Finalmente llegaba el fatídico “Game over” donde debías insertar otra ficha para participar nuevamente.
Cientos de miles de tontos acrecentaban las ganancias por minuto y al dueño realmente le importaba un bledo, si entraba o no al reino de los cielos.
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