Esta galería de autores contemporáneos se creo en 2004

jueves, octubre 20, 2011

Laberinto sin salida


Agustín Monsreal

Solo, completamente solo; triste, horriblemente triste; y desgraciado, pertinazmente desgraciado, Lázaro decidió morir.
            Y murió.
            Sin embargo, vino su primo, que según decían era chamán y tenía poderes y andaba haciendo prodigios sin mirar a quién y sin preguntar si la gente quería que los hiciera, y lo revivió.
            Solo, triste y desgraciado, Lázaro ya no soporta más la vida, pero tiene miedo de morir por segunda vez, y de volver a encontrarse con el milagrero de su primo.

2 comentarios:

THIOUIS dijo...

Me parece que "...el milagrero" es un concepto muy grato como imagen

Amélie dijo...

A mí también me lo parece, y me hace cuestionarme si no vivimos muchas veces en nuestros propios laberintos kármicos.